lunes, 18 de noviembre de 2013

¡Ohh Cristina, Cristina!

Ya era hora, reloj  en stop (apagado), las luces no le hacemos ni caso, la lluvia celebra con broche de oro, mi inocencia despierta tus gana, se nota al escuchar un musical de gemido y Temblores a la escala de richter con una trayectoria desde tu cocina a la habitación que está apegado al baño y aun no te he quitado la bufanda, es curioso, cuando tus manos  recorren mi cuerpo, dejan un monto de cualidades de placer en intervalo por segundo (sabes dónde están mis punto más débiles sin decírtelo), me decías que mis manos son suave, lentas y van asustada  pero improvisan sensaciones positiva mientras yo levantaba la ceja derecha avergonzado, tu debilidad es mi silencio y lo cariñoso que soy, es la primera vez que he estado relajado gracias a las palabrita que me lanzaba al oído dejándome anestesiado en varias zona local de mi cuerpo (no la voy a decir aquí, lo prometí) pero si debo de confesar y resaltar que tus manos dislocaban mis 4 válvulas del corazón.

Si sabe lo que haces y lo que quiere, eso me gusta, reitero y digo, la culpa se la achaco a las maniobra de tus manos, son muy carismática, la sabana muy mal tendida  empezaba a empaparse de sudor y a tatuarse nuestros cuerpo en ella, se empañaban los cristales pero no me importa, las cortinas blanca se veía a legua que eran testigo de no dejar pasar la claridad que viene del exterior, las lámpara alumbraba el placer en el ambiente donde tu mirada buscaba las mía, dame de una vez por toda tus conocimiento para aprender más, enséñame  como llegar hasta el último éxtasis, enséñame las buena experiencia que te ha dado tu pasado, enséñame lo resultado positivo que te han dejado esas viejas almas en tu piel, tu madures me hace rugir, te lo dije una vez, soy joven pero te puedo enseñar a sentirte niña…

Escrito por junior de león de Jesús…