lunes, 4 de marzo de 2013

Buscando una salida


Cuando toques o le de una palmada a mi sentidos, ya sea mi gusto, mi vista, mi olfato, el oído y el tacto, entra a mi mundo.

Cuando me ignores, me acepte como persona, entra en mi mundo. Si me conoces y ya no te recuerdo, si la musa siente sensaciones sensata a leer mi blog o el subibaja de una ola de carácter, entra en mi mundo.

Si fuiste víctima de mis garras de conejo sexualmente, si hubo besos tímido contundente en algunas esquina, callejón o me devolviste un descomunal rechazo cuya excusa es ser mi amiga, habrá posibilidades en entrar en mi, si eres mi amigo(a) o enemigo, si me has invitado algún día a un café en alguna terraza de verano, cerveza en algún “chiringuito” o algo especial de tus manos, claro esta al llegar a mi mundo, si yo te ofrecí alguna caridad y no recuerdo, bienvenido sea, automáticamente entra en mi gran mundo maravilloso.

Creedme, en mi escenario el lobo no es tan malo como me contaba mi madre y en otros cuentos que me leían cuando era niño, ya vez  nunca creí en los guiones de las caricaturas (he sido muy sabio y tengo un poco de sabiduría escondida), pero aun así creí en la morena de mi vida que nunca fue mía, en mi corazón obstruido, creía en las lagrimas derramada por sufrimiento, en las penas que se ocultan en un rostro vacio, en la atocha de la libertad, también creí en la pobreza que pueden ser más felices sin tanto recurso que en el poder de dinero, busco solo la felicidad eterna y que juguemos con ella, solo eso, dicho esto y tomandolo en cuenta, pienso que mi mundo es mi infinita historia, historia que descansa en mi vida y una vida que considero que es todo lo que me rodea en el ecosistema incluyendo la materia.

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